El auge de la IA ha aumentado la dependencia de los bancos de las grandes empresas tecnológicas, lo que está creando nuevos riesgos para el sector. Los ejecutivos bancarios europeos han expresado su preocupación por que la cantidad de potencia informática necesaria para desarrollar capacidades de IA haga que los bancos dependan aún más de un número reducido de proveedores tecnológicos.
Bahadir Yilmaz, director de análisis de ING y responsable de las actividades de IA del banco neerlandés, mencionó que espera depender “cada vez más de las grandes empresas tecnológicas” en cuanto a infraestructura y maquinaria. Yilmaz subrayó que la dependencia de los bancos de un pequeño número de empresas tecnológicas es “uno de los mayores riesgos” y que los bancos europeos en particular necesitan asegurarse de que pueden moverse entre diferentes proveedores de tecnología y evitar lo que llamó “vendor lock-in”, una situación en la que un cliente se vuelve dependiente de un producto o servicio específico de un proveedor en particular, lo que dificulta cambiar a una alternativa.
El Reino Unido propuso el año pasado normas para regular la fuerte dependencia de las empresas financieras de empresas tecnológicas externas, como Microsoft, Google, IBM y Amazon. A los reguladores les preocupa que los problemas de una sola empresa de computación en nube puedan hacer caer los servicios de muchas instituciones financieras.
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